Las pinturas nos dan estímulos visuales a traves de objetos expresados en ellas. El sentido visual activa la inteligencia del observador, convirtiendose en sentido intelectual por medio de su sensibilidad y produce placer al observador. Las obras no deben limitarse a estímulos visuales, tienen que apelar a la imaginación del observador y activarla. Creo que con la participación de esa misma imaginación una obra llega a su propia culminación. Por lo tanto estoy tratando de expresar "lo que usted puede ver por sus ojos y lo que usted puede sentir más allá de ello".